No volveremos sobre la obviedad ya demostrada de que las personas de complexión atlética pasan más calor que los que somos de constitución normal y que por eso es muy común que se despojen de su camiseta, sin embargo, me gustaría añadir aquí que tanto si un tío (o tía) es de complexión atlética como si no... siento mucha repugnancia (¡vamos asquito!) cruzarme con ellos durante su ejercicio.
¡Qué le voy a hacer! Ese cuerpo húmedo, con hilitos (o torrentes) de traspiración recorriéndole por la piel y goteando y hasta dejando un reguero por el camino andado me da asco, mucho asco.
Sobre todo cuando voy corriendo cerca también yo.
Y el peor de los casos, con el que me he encontrado en una decena de ocasiones (corro mucho, lo sé ¡Correr es de cobardes!), cuando el susodicho cerdo es de cabello largo y lo lleva sin recoger, balanceándose las puntas de sus pelos hacia la derecha y la izquierda de su cabeza, terminando cada punta en gotitas repugnantes de sudor (¡Puaj!)
Para aliviar mi sufrimiento utilizo dos tácticas según vaya yo más deprisa o más despacio que el elemento medio desnudo en cuestión.
Si va más deprisa y me tiene que adelantar: rezo para que no me roce. Esta táctica no siempre funciona pero tiene un cierto porcentaje de éxito.
El segundo caso es más complicado: cuando voy yo más deprisa y le tengo que adelantar. Si es muy lento, todavía veo alguna posibilidad de escaparme a posibles ataques de arcadas pero si corre (o hace jogging o running o footing, para los anglófilos y también para los gilipuertas) a una velocidad similar a la mía... ¡buff! la situación es muy delicada.
Se supone que al ser nuestro ritmo similar, voy a mantener una posición posterior a la suya por más tiempo (y ya sabemos que las gotitas de sudor no caen hacia adelante sino hacia atrás... y atrás estoy yo...).
Solo queda una posibilidad: acelerar mi marcha tal José Luis González y José Manuel Abascal (los muy jóvenes, consultad Wikipedia), adelantarle pasándole por su izquierda a una distancia de dos metros si hay espacio y de nuevo rezar para que en ese momento el balanceo de su empapado en transpiración cabello se sitúe en el lado derecho de su persona (si a eso se puede llamar persona) evitando en la medida de lo posible un latigazo de su cabellera o de los frutos de sus sudores en algún punto de mi piel...
En fin éste ha sido mi trauma con los que corren (o practican jogging o running o footing) pero creo que padecen situaciones similares los que practican baloncesto (o basket) incluso peores por mayor cercanía con la transpiración ajena...