Seguro que os suena esta frase.

¡Cuántas veces la hemos oído! Normalmente se utiliza para justificar el mal humor, los malos gestos, la irascibilidad, el mal perder después de una derrota. Y si nos fijamos, no suele ser después de una asunto demasiado importante sino de algo poco relevante.

Es una manera que tiene un individuo de justificar el mal humor y la cara que se le queda después de perder en algún juego o deporte.

Ese mal humor está injustificado, puesto que no es algo importante, pero para justificarlo lo que dice es que no le gusta perder, que se pone así porque él tiene un espíritu muy competitivo...

Pero fijaros en otro detalle: "... es que a mí no me gusta perder ni a las chapas". Eso es... "a mí"

Sí... nos está llamando "gilipuertas" a la cara. A él no le gusta perder... Claro significa que a los demás nos da igual, vamos ¡Qué sí nos gusta perder! ¡No somos como él!

Es decir, que si asumes una derrota sin encabritarte, romper la raqueta, con educación, civismo, buen perder, esperando una revancha con sonrisa y en silencio... es que te da igual perder...

Pues no, lo que sucede es que algunos son unos auténticos soberbios y sobre todo maleducados... Ganar nos gusta a todos... Por igual. Y perder... no quiere nadie... Luego está la educación y el saber convivir de cada uno... Que es algo independiente de ganar o perder.

De vez en cuando publico :)

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